Las bisagras de las puertas son elementos esenciales para el funcionamiento correcto de las mismas. Sin embargo, con el paso del tiempo y el uso frecuente, pueden sufrir desgaste, oxidación e incluso pueden fallar bloqueando la puerta, dejándote en la calle y llamando a la Cerrajería Barcelona.

Para evitar que esto ocurra, y alargar la vida útil de nuestras puertas, es importante seguir algunos consejos de mantenimiento y prevención. A continuación, te los explicamos en detalle.

Lubrica las bisagras periódicamente

El roce constante entre las piezas metálicas de una bisagra puede generar fricción y ruido. Para evitarlo, se recomienda aplicar un lubricante específico para bisagras cada cierto tiempo, según el tipo y el estado de las mismas.

Puedes usar aceite o grasa, pero son mucho mejores lo productos especializados para bisagras, como lubricantes sólidos a base de grafito o bisulfuro de molibdeno. Eso sí, evita productos que contengan agua o alcohol, ya que pueden favorecer la corrosión.

¿Cómo prevenir que se dañen las bisagras de nuestras puertas?

Ajusta los tornillos si están flojos

Con el uso, los tornillos que sujetan las bisagras a la puerta o al marco pueden aflojarse y provocar que la puerta se descuelgue o se mueva. Además, una bisagra que no está bien ajustada pone más presión sobre las demás, acelerando el desgaste.

Para evitar que fallen las bisagras, revisa periódicamente el estado de los tornillos y apriétalos con un destornillador si es necesario. Si los tornillos están dañados o no encajan bien en los agujeros, cámbialos por unos nuevos del mismo tamaño y forma.

Limpia las bisagras con regularidad

El polvo, la suciedad y la humedad pueden acumularse en las bisagras y afectar a su funcionamiento. Para limpiarlas, puedes usar un paño seco o ligeramente humedecido con agua y jabón neutro.

Frota suavemente las superficies metálicas y sécalas bien después. No uses productos abrasivos o corrosivos que puedan dañar el material o el acabado de las bisagras.

Protege las bisagras de la humedad y la corrosión

La exposición al agua o a ambientes húmedos puede provocar que las bisagras se oxiden y se deterioren. Para prevenirlo, puedes aplicar un producto anticorrosivo sobre las superficies metálicas, especialmente si se trata de bisagras exteriores o de zonas como el baño o la cocina.

También puedes optar por bisagras de materiales resistentes a la corrosión, como las bisagras de acero inoxidable o aluminio.

Reemplaza las bisagras si están rotas o desgastadas

Todo lo anterior se ha tratado sobre prevenir el daño. Pero si, a pesar de seguir estos consejos, tus bisagras presentan signos de rotura o desgaste severo, lo mejor es cambiarlas por unas nuevas.

De esta forma evitarás problemas mayores como que la puerta se caiga o se atasque. Para reemplazar las bisagras, debes medir el tamaño y la forma de las antiguas y comprar unas iguales o compatibles.

Luego debes retirar los tornillos y las piezas viejas e instalar las nuevas siguiendo las instrucciones del fabricante.

Siguiendo estos consejos podrás prevenir que se dañen las bisagras de tus puertas y mantenerlas en buen estado por más tiempo. Recuerda que unas bisagras bien cuidadas te ahorrarán molestias y dinero en reparaciones futuras.

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